• Stalin aniquila a la vieja guardia bolchevique
Entre 1936 y 1938 el dictador Jose Stalin inició los
denominados juicios de Moscú, en donde se “juzgó” y fusiló a toda la
vieja guardia del Partido Bolchevique. Quienes habían sido opositores
fueron acusados falsamente de conspirar con los países imperialistas
para restablecer el capitalismo en la U.R.S.S. y de planificar el
asesinato del propio Stalin.
Por Maximiliano Cavalera*
Inician las purgas al partido
El 14 de Agosto de 1936, un comunicado en las paredes de Moscú,
anunciaba lo que seria el inicio de los “Juicios de Moscú”, fueron
llevados a juicio 16 miembros del supuesto “Centro
trotskista-zinovievista”. Nombres como Lev Kamenev y Gregory Zinoviev,
que pocos años antes evocaban junto al de Lenin, la construcción del
partido y del Estado Soviético, eran acusados de planear el asesinato
de Sergey Kirov, Iósif Stalin y de los peores crímenes en contra del
primer Estado Obrero.
Después de 10 meses en las prisiones de la policía secreta, en
donde se realizaron juicios simulados, fueron llevados a audiencias
públicas, en donde presionado por sus verdugos, Zinoviev “confesaba”:
“Estábamos llenos de odio contra el Comité central del partido y
contra Stalin. Estábamos convencidos de que era necesario a cualquier
precio que los dirigentes fueran sustituidos, y sustituidos por
nosotros de acuerdo con Trotsky” (Los Procesos de Moscú, Pierre
Broué). El mismo dialogo tenia Kamenev, quien declaraba: El complot
terrorista fue organizado y dirigido por mí, por Zinoviev y por Trotsky
(Idem).
Luego de “confesar” su participación en la conspiración, todos fueron condenados a muerte y ejecutados.
Los juicios de Enero de 1937
En enero de 1937 se realizaron los segundos juicios de Moscú, en
esta ocasión 17 fueron los acusados, estos eran de menor rango que
los de Agosto de 1936, entre ellos se encontraba Karl Radek, Grigori
Sokólnikov y Yuri Piatakov.
El acta de acusación en contra de los 17 acusados del proceso
Piatakov, declara que la instrucción del primer proceso ha probado
que, paralelamente al centro (…), existía otro llamado de reserva,
organizado por indicaciones directas de Trotsky, por si la actividad
terrorista trotskista-zinovievista fuera descubierta.
Como en el resto de los juicios las declaraciones de los
imputados llegaron al colmo del absurdo, como es el caso Piatakov,
quien “descubría al mundo”: Trotsky decía que la guerra estaba
próxima. Por todo ello, los cuadros de saboteadores y de agentes de
diversión no tenían que prepararse de una manera general, sino para
trazar una línea de demarcación entre el Estado stalinista y la
organización trotskista, para poder decir, llegada la ocasión:
nosotros no somos el Estado soviético, ésta debe ser nuestra primera
tarea; la otra -más práctica- debe consistir en formar cuadros para
una guerra eventual, es decir, preparar agentes de diversión y de
destrucción, auxiliares para la ofensiva fascista contra la Unión
Soviética (Idem). Seria Stalin y no Trotsky, quien en 1939 firmaría el
pacto Ribbentrop-Molotov, en cual la burocracia soviética se declaraba
aliado pasivo del Nazismo.
Trece fueron fusilados, los restantes “tuvieron más suerte” y
partieron a campos de concentración en Siberia, donde no sobrevivieron
por mucho tiempo.
La tercera escena
Desde el 2 al 12 de marzo de 1938 se produce la tercera parte de
los juicios de Moscú. Ya para el 11 del mismo mes, el fiscal André
Vychinski ha terminado sus largos interrogatorios a los 21 acusados,
entre los que se encuentran Nicolai Bujarin, antiguo dirigente del
comité de la internacional, Alexei Rykov, Nikolai Krestinsky y Guenrikh
Iagoga, quien por ironías de la historia estuvo a cargo de las
detenciones en los juicios de Agosto de 1936.
Estos son acusados de realizar servicios de espionaje para
Estados extranjeros y un grupo de conspiradores llamados el “bloque de
derechistas y trotskistas”. Tenían como principal objetivo, realizar
actos de sabotaje, subversión y terrorismo, para así minar el poder
militar de la U.R.S.S.
Cada uno de los 21 acusados, desde el inicio del sumario
renunciaron a sus abogados y su derecho a asumir su propia defensa.
Pero se les asignaron a dos abogados.
Al finalizar acusado tras acusado es llamado por el presidente
del tribunal para dar su última declaración, uno tras otro aceptaron
su culpa y pidieron perdón por sus actos. En los tres procesos, solo
Nicolai Krestinsky intento declarar su inocencia, y en el transcurso
de su interrogatorio declaraba: “No me reconozco culpable. No soy
trotskista.
Nunca he formado parte del ‘bloque de derechistas y
trotskistas’, cuya existencia ignoraba. Tampoco he cometido ninguno de
los crímenes que me son atribuidos; y, sobre todo, no me reconozco
culpable de haber mantenido relaciones con el servicio de espionaje
alemán” (Idem). Ya en esa época, el proclamarse trotskista era
suficiente para ser condenado a muerte.
Krestinsky logro resistir las acusaciones por un día, pero al
ser hostigado por el fiscal, el presidente y los otros acusados,
decidió mentir: “Ayer, bajo el influjo de un repentino y agudo
sentimiento de falsa vergüenza, (…) no pude decir la verdad, declarar
que era culpable. Y en lugar de decir: sí, soy culpable, he respondido
casi maquinalmente: no, no soy culpable.” (Idem). A partir de ese
momento el juicio será un juicio en donde todos los acusados “aceptaban
su culpabilidad”.
Este montaje no sorprendía a nadie, desde 1936 la opinión
mundial se había familiarizado con estas escenas tan símiles unos con
otras. Estos veteranos revolucionarios, compañeros de Lenin,
confesaron públicamente haber cometido los peores crímenes, y
reclamaron de los jueces una estricta severidad.
¿Quiénes eran los acusados?
Para 1917, todos los acusados en los juicios de Moscú, eran
revolucionarios consumados, organizadores de círculos obreros, de
sindicatos, de huelgas y hasta teóricos del marxismo revolucionario.
Después de la revolución, en la época de Lenin, eran
considerados pilares indiscutibles del partido bolchevique, y de la
Internacional Comunista.
Para ilustrase mejor veamos algunos casos, como el de Grigori
Zinoviev: este fue militante desde los 17 años, es elegido miembro del
comité central en 1908. En esta época es el brazo derecho de Lenin,
con quien comparte las responsabilidades del partido en la emigración.
Fue miembro del Comité Central. También fue presidente tanto del
soviet de Petrogrado, como del ejecutivo de la Internacional
Comunista.
Su compañero Kamenev pertenecía a la misma generación. Fue
miembro del partido desde 1901, siendo estudiante dirige la
organización bolchevique en el Cáucaso, siendo deportado colabora con
Lenin y es director del periódico la Pravda de 1913 a1914. También fue
miembro del Comité Central y Comité Ejecutivo, Presidente del soviet
de Moscú durante la guerra civil. Es mas, la mayoría de los
revolucionarios de la época creían que ambos, Kamenev y Zinoviev
seguían a Lenin y Trotsky en la jerarquía de dirigentes, hasta la
muerte de Lenin.
Piatakov fue bolchevique a los 20 años, se distinguió antes de
la revolución por sus escritos teóricos, fue presidente del Consejo de
Comisarios del Pueblo de Ucrania en 1917. Dentro de sus logros está
dirigir la expedición de Crimea, de “manera genial como intrépida”.
Pertenece a los seis bolcheviques citados por Lenin en su
“Testamento”, sobre todo por ser uno de los más importantes técnicos de
la economía soviética.
Por ultimo mencionaremos a quien Lenin llamaba “el niño mimado
del partido”. Nicolás Bujarin ingresa al bolchevismo en 1906, fue
parte del Comité Central desde agosto de 1917, en 1919 fue electo
parte del Comité Ejecutivo del partido, ya siendo redactor del
periódico la Pravda. Durante la década de los 20, es considerado como
el principal teórico del bolchevismo.
Es el periodo en que Stalin se enraizó más al poder, es la época
donde perecen casi la totalidad de viejos bolcheviques, para luego
intentar eliminar sus nombres de los libros de historia. La verdad es
que todos estos revolucionarios, ya habían sido derrotados por la
burocracia liderada por Iósif Stalin. Ante su derrota, ellos habían
decidido jugar papeles secundarios y aceptar el liderazgo de Stalin,
pero “el gran líder” pretendía reescribir la historia para consolidar
su figura y poder Internacional como el gran y único “heredero de
Lenin”.
Ninguno de los acusados en los proceso de Moscú eran culpables,
solo su propia vida como revolucionarios es suficiente prueba para
asegurar su inocencia, defendida solamente por Trotsky en el exilio.
Después de la muerte de Stalin, la lucha interna de la
burocracia por el poder develaron muchos secretos que explican las
“confesiones” de los acusados. Los acusados eran golpeados,
manteniéndolos en pie sin comida durante días, amenazándolos con
arrestar y ejecutar a sus familias, ejemplo de esto fue el arresto y la
tortura del hijo de Kamenev. Este ultimo junto a Zinoviev, demandaron
al politburó la certeza de que serían respetadas sus vidas y la de
sus familiares si confesaban, garantías que les fue dada por Stalin.
Quien no solo mandó a ejecutar a Kamenev y Zinoviev, sino que a
eliminar a varios de sus familiares.
Bujarin pidió igual garantía para sus familiares, luego de ser ejecutado su esposa fue enviada a un campo de concentración.
Gregory Zinoviev, Lev Kamenev y Nicolai Bujarin, miembros del
Buró Político del Partido Bolchevique en la época de Lenin, todos
asesinados por Stalin.
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* Tomado de El Socialista Centroamericano No.67 - Agosto de 2007